Cuando hablamos con personas, no lo hacemos mediante comandos ni estructuras rígidas. Utilizamos lenguaje natural, con matices, expresiones informales y cambios de tono. Por eso, para que una interfaz conversacional funcione de forma efectiva, debe comprender este tipo de lenguaje. Aquí es donde entra en juego el NLU (Natural Language Understanding) o comprensión del lenguaje natural.

Sin darnos cuenta, usamos interfaces conversacionales en nuestro día a día: desde pedirle algo a Alexa o Siri, hasta interactuar con herramientas como ChatGPT. A diferencia de las interfaces gráficas tradicionales, las interfaces conversacionales nos permiten comunicarnos con sistemas mediante texto o voz, simulando una conversación humana.

Gracias a los avances en inteligencia artificial, hoy es posible crear asistentes que no solo entiendan comandos simples, sino también el contexto, la intención y las emociones detrás de lo que decimos. Esto permite ofrecer una experiencia de usuario más fluida, humana y empática.

Si eres diseñador UX o trabajas en desarrollo de productos digitales, integrar una buena comprensión del lenguaje natural en tus interfaces conversacionales no es opcional: es esencial para crear productos que realmente conecten con las personas.